Conexion con el Alma
Cuando somos pequeños, en nuestra infancia, generalmente hasta los
seis años, nuestra Alma nuestro Ego y nuestra Yo-Personalidad, se
encuentran integrados. Somos por fuera lo que somos por dentro.
Nuestra Alma no es perfecta. Ella también está aprendiendo pero no ha
perdido la conexión con las dimensiones superiores lo cual la mantiene
en equilibrio, balanceada, y le permite el poder guiarnos. El Ego y el
Yo no están balanceados. La función del Alma es mantener el equilibrio
Alma-Ego/Niño Interior-Yo cada vez que este se altera.
Esta conexión Alma-Ego/Niño Interior-Yo (*1) es realizada por nuestro
hemisferio derecho del cerebro.
¿Qué es el Ego? El Ego es nuestro Niño Interior. Tiene toda la
sabiduría de nuestras vidas pasadas y su forma de accionar es
protegiéndose ante lo que le da miedo. Activa todos los mecanismos de
defensa para sobrevivir y tiene acceso a nuestro cuerpo, enfermándolo
si es necesario, con tal que nos detengamos en producir lo que le está
ocasionando miedo. No es consciente de que si nosotros morimos a esta
realidad a causa de la enfermedad que él provoca por miedo, deberá
regresar con nosotros al período entrevidas.
¿Qué es el Yo? Es el padre o adulto en esta relación Alma/Ego/Yo,
somos el responsable para tomar las decisiones. Para algunos es la
conciencia. (Esta es la acepción con la que la consideraremos aquí).
Cuando comenzamos a ir a la escuela, el sistema educativo comienza a
hacer prevalecer el desarrollo del hemisferio izquierdo de nuestro
cerebro, en detrimento del derecho. Somos premiados por memorizar y
retener todo tipo de información. Nos volvemos lógicos . Con el
tiempo, nuestro hemisferio derecho se atrofia y perdemos la conexión
con nuestra Alma, que es la que mantiene el balance con nuestro Ego y
nuestra Personalidad.
La ruptura de esta conexión puede darse antes o después de esta edad,
pero el ingreso a la enseñanza escolarizada es un hecho significativo
generalizado.
Como todo es perfecto, si esto no ocurriera, si esta separación entre
nuestra Alma y el Ego/Niño Interior y el Yo no ocurriera, siempre
seguiríamos las indicaciones de nuestra Alma y ella no crecería por no
poder procurarnos nosotros los aprendizajes que ella necesita para
crecer, aprender y evolucionar.
Además el regresar a la conexión con nuestra Alma, luego de las
experiencias de haber seguido las sugerencias de nuestro Ego y de
nuestro Yo-Personalidad, hace que este reencuentro sea mucho más
fuerte y significativo.
El Alma no es perfecta sino que fue herida y modelada por las
experiencias dolorosas de muchas vidas pero a causa de que tiene
acceso a la sabiduría de las dimensiones superiores permanece
equilibrada. El Alma trabaja en su curación, trabajando en el Blue-
print, el Plano Azul original (*2) firmando contratos con otras almas
que le procurarán las experiencias que necesita para evolucionar.
Luego, dos partes de sí misma, el Ego/Niño Interior y el Yo, actúan
las experiencias que ella necesita para crecer y evolucionar. Cuando
nacemos en este espacio tiempo, aparecemos en el Laberinto. Muchas
veces reforzamos sus paredes una y otra vez, pronunciando nuestro
encierro del cual decimos querer salir.
Para comenzar a encontrar la salida, debemos conectar con nuestra
Alma. Ella es la que nos puede sacar de él.
Cuando se accede al camino de Ascensión, todos los días nuestro Yo
inferior debe tomar decisiones. Cuando lo hace debe elegir entre
seguir al Ego/Niño Interior o al Alma. El Ego/Niño Interior se maneja
en base al miedo. El Ego puede ver únicamente lo que tiene ante sí, no
sabe cómo crear una solución amorosa, llena de compasión y alegre que
el Alma puede crear. El miedo nos hace retroceder. Sin embargo es
necesario que lo sigamos muchas veces antes de que podamos seguir al
Alma.
Cuando nos enfrentamos con el hecho de tener que tomar una decisión
con respecto al camino a seguir, siempre tendemos a elegir la opción
menos penosa, el camino de la menor resistencia, el que aparentemente
nos hace sufrir menos. Ese es el camino que por lo general nos muestra
el Ego. Si asi lo tomamos, lo único que logramos es dar un rodeo,
porque inevitablemente esta elección nos conducirá a toparnos con una
pared de nuestro laberinto y a repetir indefectiblemente la
experiencia que queríamos evitar. Esto que en apariencia es negativo o
penoso, se puede transformar en una experiencia positiva porque tarde
o temprano nos llevará a escuchar al Alma.
El seguir al Alma nos permite acceder a encontrar la salida del
laberinto, no por ignorar al miedo, sino enfrentándolo, ayudándolo a
integrar al Yo y manifestar esta asimilación a través de la
Personalidad ya no buscando evitar al miedo en el futuro. En este caso
el Alma crece.
Cuando el Ego/Niño Interior y el Yo siguen las directivas del Alma, el
miedo se integra al Yo, el Alma cancela contratos y no activa los
posteriores que se activarían si este contrato no se cancelara.
Cuando el ser busca acceder a la misión del Alma luego de muchas
encarnaciones, es cuando más se activan todos los miedos y contratos
pendientes de ciclos kármicos abiertos (*3).
Las Almas más viejas que hayan trabajado en su perfeccionamiento,
deben abrazar su misión. La misión del Alma. El Alma tiene un nombre
secreto (*4) que es revelado en estos tiempos. La vibración de este
nombre es la que nos facilita abordar nuestra misión porque contiene
vibraciones y la información total. Sin embargo no debemos olvidar que
el nombre es sólo una palabra, es la potencialidad de ser, es el poder
del fruto, podemos desplegar nuestra inteligencia para adquirirlo,
pero de nada servirá si no nos tomamos el trabajo de hacer crecer el
árbol que la semilla oculta y convertirnos así en el NOMBRE.
Todos nosotros en alguna frecuencia escuchamos a nuestra Alma. Ella
nos habla a nuestro corazón para que podamos encontrar el camino de
regreso a casa.
(*1) Alma-Ego/Niño Interior-Yo: las definiciones de estos términos
escapan a la Psicología tradicional y se explican en este mismo texto.
(*2) Blue-print, el Plano Azul original: es la huella que dejamos en
el éter como patrón al encarnar y como matriz a la cual debemos
volver.
(*3) Ciclos kármicos abiertos: Encarnaciones con aprendizajes no
resueltos cuyos contratos se vuelven a activar con los mismos seres
pero con otros roles en esta encarnación con el propósito de que si se
logra enfrentar el miedo con la ayuda del Alma, éste se asimile al Yo
no temiendo ya más el enfrentarlo. Los ciclos kármicos abiertos son
cinco, por lo general.
(*4) nombre secreto: se refiere al nombre cósmico o galáctico. En
algunos casos, hemos tenido ese nombre en una encarnación en la rueda
kármica anterior (período de 14.000 años anterior a este ciclo) en la
cual vinimos a cumplir la misión pero no logramos ascender.
Ultima Actualización: 09/05/2003
El respeto y la gratitud liberan nuestro poder creador de todo lo
bueno. Practicalos! respetando la fuente de la cual recibes este
conocimiento, citando a la canalizadora Brinda Mair y a Canalizandoluz
a todo aquel con quien lo compartas. Se agradecido. Compartir es
agradecer a Dios por el servicio humano que le sirve de instrumento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario